martes, 7 de diciembre de 2010

Amor a primera vista


Últimamente los únicos libros que compro (un daño colateral evidente de mi rentable sony reader) son los que por una u otra razón me enamoran de manera fulminante. La semana pasada me pasó en un Vips (creo que es la primera vez que compro un libro en un Vips, cosa curiosa) con el libro Leviatán o la Ballena, de Philip Hoare. No sé si fue el encuadernado, la reseña de Antonio Muñoz Molina en la portada, la literatura en estado puro que avisté en el vistazo apresurado que pude hacer (G. y las niñas me esperaban en la calle bajo cero) o la mezcla de todo ellos, pero después de haber abandonado la tienda, presintiendo mi arrepentimiento, le pedí un minuto a G. y regresé a por mi ejemplar. La reseña de Muñoz Molina que aparece en la portada de aspecto envejecido es la primera frase de un extracto del interesante artículo que dedicó al libro en El País. Dice así:

"Philip Hoare ha aprendido de Bruce Chatwin y de J. G. Sebald la libertad suprema de la escritura como divagación, que en el fondo viene de los orígenes de la prosa, porque es así como escribía Herodoto: contar en primera persona un viaje en busca de algo y divagar o desviarse por las conexiones que van apareciendo, que pueden llevarlo a uno a hallazgos inesperados, en el mundo real y en los libros, en las películas, en los recuerdos."
Para que no quede duda de lo que significa lo arriba reseñado, aquí va el comienzo del libro:
"Quizá es porque casi nací bajo el agua.
Un día antes de que mi madre saliera de cuentas ella y mi padre visitaron el muelle de la Armada en Portsmouth, donde les permitieron entrar en un submarino. Al bajar, mi madre empezó a sentir los dolores de parto. Por unos momentos pareció que yo iba a aparecer bajo la línea de flotación, pero acabé naciendo en nuestra casa victoriana semipareada en Southampton, que conservaba los cordones para hacer sonar las campanillas que llamaban al servicio y una oscura escalera de teca que se enroscaba sobre sí misma."
En esa oscura escalera de teca se esconde la esencia de la literatura subyugante de Chatwin y, efectivamente (esta vez la compra no fue un error) Hoare.
La frase de Muñoz Molina, además de acertada me obliga a recuperar el libro "Los anillos de Saturno" de Sebald. 

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