lunes, 27 de agosto de 2012

Aires Mateus

El arquitecto japonés Sou Fujimoto decía lo siguiente al respecto de su proyecto House Before House: 

Imaginé un lugar que sugiriera el futuro primitivo, que pareciera al mismo tiempo nuevo y propio de los tiempos prehistóricos, engendrado con una novedad inesperada pero, al mismo tiempo, poseedor de lo que podría considerarse la forma inequívoca y arquetípica de una casa.

Yo, la verdad, no obtengo esa impresión de la obra de Sou Fujimoto, pero la frase me parece que define a la perfección lo que he sentido al ver la maravillosa casa de los arquitectos portugueses Aires Mateus en Leiria, el sueño de cualquier amante de los patios como un servidor. 












La fotos están sacadas de la página web de los fotógrafos Fernando Guerra y Sergio Guerra, toda una exhibición de reportajes de arquitectura en la que puedes perderte durante días. 
Fuente: FG + SG

lunes, 20 de agosto de 2012

Mas de les Voltes


Llevo ya unas cuentas semanas con la vista vuelta hacia jardines y paisajistas extranjeros, y con la llegada de los calores y las vacaciones me ha salido la vena mediterránea y he vuelto a releer el libro Mirrors of Paradise: The Gardens of Fernando Caruncho. Y una vez más, he alucinado con su jardín de trigo en Mas de les Voltes. De hecho, si este blog existe en gran parte es debido a este jardín. Hojeando un libro de jardines contemporáneos me tropecé con las fotografías de este jardín y por primera vez sentí que más allá de la plantación de árboles y arbustos con cierto criterio estético, había una disciplina de ordenación y embellecimiento del espacio que se acercaba tanto a la arquitectura como a la jardinería. Entendí, en fin, a qué se refería una amiga cuando nos dijo aquello de que nuestro proyecto era más un proyecto de paisajismo que de jardinería. 
Sobre este jardín y sobre la obra de Fernando Caruncho se podría hablar largo y tendido: de su uso de la cuadrícula clásica, de su obsesión por la luz, del empleo espartano de especies o de la ausencia de flores en sus jardines, y en definitiva, en palabras suyas, de su entendimiento del jardín mediterráneo como un jardín capaz de producir un continuo en una permanente contraposición de contrarios que se encuentran. Pero en vez de analizar demasiado, lo mejor es quedarse con su propia descripción del jardín:

In the summer, the wheat is tall and golden and the great plots sway gently in the wind. There is fruit in the orchard. Autumm brings the grape harvest and the cutting of the wheat. In winter the earth is plowed and sown and marked by wonderful patterns. And in the spring, once again, all is a sea of green. What could be more than producing flour from the wheat, wine from the vines, oil from the olives, and fruit from the trees? In a sense this is the first garden with all the purity of a Platonic ideal.









lunes, 13 de agosto de 2012

Bodegas Portia


Al final este blog, que nació siendo un reflejo de la amalgama desordenada de gustos y aficiones que se cuecen en mi cerebro, ha querido tomar forma en temas relacionados con el paisajismo, la arquitectura y la agricultura, hasta un punto en el que me pregunto si no debería cambiar lo de blibliotecaycampo por un solodecampo. Y ya que parece que empezamos a centrarnos, creo que no hay un sitio donde el paisajismo, la arquitectura y la agricultura puedan converger mejor que en esto que algunos han dado en llamar enoarquitectura. Arquitectura para el vino, porque de eso se trata, de la construcción de bodegas de diseño que por si solas bien pueden merecer una visita. 
Los bodegueros españoles, siguiendo la estela de otras zonas vinícolas del mundo, ha decidido emplear el excelente marketing que dan vinos de gran fama, para ampliar un negocio hasta hace poco limitado a lo enológico, al mundo del turismo. Visitas a bodegas, cursos de cata, rutas organizadas, tiendas especializadas y bodegas reconvertidas en restaurantes y hoteles se han multiplicado en las principales denominaciones de origen, en un modelo en el que la imaginación no parece tener fin.  Esta misma semana he visto una bodega que ofrece paseos en globo y las hay que dan masajes con vino. A todo esto, algunos grupos bodegueros de gran capital, han añadido la construcción de bodegas a cargo de arquitectos estrella. 
Por desgracia, no se puede decir en todos los casos que hayan conseguido un buen maridaje entre arquitectura, paisaje y agricultura, algún ejemplo hay bien famoso que me parece que tiene la gracia de un porrazo en los morros, o en el paisaje en este caso. Pero otras representan una oleada de aire fresco en un paisaje en el que hasta hace poco el toque de buen gusto sólo aparecía en monasterios medievales y algún edificio con clase, casos aislados entre la mayoría de naves industriales con un logo en la fachada que parecían condenadas a ser las bodegas de nueva construcción.
En la Ribera del Duero, tenemos buenos ejemplos de este movimiento, y el buque insignia es bodegas Portia, diseño con la firma de Norman Foster en los campos de Burgos. La bodega, que ha costado la friolera de 25 millones de euros (detrás está el Grupo Faustino, un grupo empresarial con siete bodegas en cuatro denominaciones de origen), está pegada a la autovía A1 a la altura de Gumiel de Izán, muy cerca de Aranda de Duero. Para esta obra, Foster + Partners han diseñado "una flor formada por un corazón y tres grandes pétalos". A mi me parece más una hélice, pero no seré yo quien lleve la contraria a sus creadores. Cada pétalo, está dedicado a una fase de la elaboración del vino: fermentación en depósitos de acero inoxidable, crianza en barricas de roble y envejecimiento en botella. Lo que más me gusta de la bodega es su adaptación al terreno, con dos de los pétalos semienterrados en la leve pendiente de la vaguada donde se levanta. Esto, además de reducir el impacto del edificio en el paisaje, tiene un carácter práctico: los camiones pueden acceder al corazón del edificio a través de la cubierta de estos dos pétalos, y descargar allí, en la tolva receptora, la vendimia. Esto permite la producción del vino mediante gravedad sin el empleo de bombas que por lo visto pueden dañar el mosto. 
Creo que en este caso, la fama de arquitecto está a la altura de la calidad de la obra. Hormigón, madera, vidrio y acero dan forma a un edificio que llama la atención sin ser estridente. Las fachadas de escamas de acero corten y los muros de contención de piedra de la zona, armonizan con el terreno arcilloso y los viñedos que rodean el edificio, una pequeña muestra de las 160 hectáreas que alimentan la bodega. Tres pétalos para cada fase de elaboración del vino, o tres pétalos para cada mundo que esta bodega casa: arquitectura, paisaje y agricultura. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Trentham State


Si hay un movimiento que destaque en la jardinería y el paisajismo en estos días, es lo que algunos llaman la Nueva Ola de Perennes, movimiento que se apoya en el naturalismo como pilar de su estética y que eleva a los altares a las perennes, gramíneas y bulbos, pueblo llano que en una revolución en toda regla ha pasado a imponerse sobre la vieja aristocracia de árboles, arbustos y elementos arquitectónicos. 
El movimiento bebió de las fuentes de William Robinson para crecer lanzado por la innovación de paisajistas como Mien Ruys y Beth Chatto hasta llegar al estrellato de la mano de los Piet Oudolf o Tom Stuart-Smith. Hay otros muchos, a la obra de James van Sweden y Wolfgang Oehme le debo una entrada en este blog, y la de Dan Pearson vuelvo una y otra vez, pero si tuviera que elegir dos focos del movimiento, quizás eligiera a Piet Oudolf y Tom Stuart-Smith. En Oudolf encontramos la obsesión por combinar plantas cuya forma y textura sean capaces de crear jardines interesantes a lo largo de todas las estaciones, y en Stuart Smith la capacidad de combinar plantas en una explosión de color armónica. La obra de ambos tiene demasiados matices como para simplificar, pero siento que la obra del primero crea jardines capaces de despertar en el espectador un sentimiento emocional que empuja al paseo y la del segundo jardines que son como cuadros que invitan a la contemplación. 
Y si alguien quisiera comparar estilos, en esta ocasión lo tenemos fácil, porque en los jardines de Trentham Estate, en Inglaterra, han colaborado ambos en el diseño de la modernización del jardín. Los jardines originales fueron diseñados en el siglo XVIII por Lancelot "Capability" Brown, famoso paisajista en su tiempo amante del paisajismo naturalista. Sin embargo, en la era Victoriana el jardín se transformó en algo muy distinto: un jardín formal de estilo renacentista italiano. Y ahora, en un tercer renacer, el jardín ha sido reconvertido en una especie de parque de ocio con tiendas, restaurantes, un parque de aventuras entre la copas de los árboles y hasta un bosque con monos, pero también con distintos jardines obra de Oudolf y Stuart-Smith. Stuart-Smith se ha encargado de modernizar el jardín formal italiano rellenándolo con macizos de perennes de enorme colorido y desorden intencionado con el fin de crear un contraste con la estructura formal de jardín victoriano. 
Oudolf ha diseñado dos larguísimos bordes a ambos lados del jardín italiano. Es aquí, donde mejor se ve el contraste entre ambos estilos. En palabras de Stuart-Smith, sus jardines hacen un buen contraste con el estilo más fluido desarrollado por Oudolf. Es cierto, el estilo de Oudolf es más sobrio y fluido, y más aún en la otra zona diseñada por él, los Ríos de HierbaEsta área al sur de parque sufre inundaciones periódicas, por lo que era necesario diseñar un jardín con plantas tolerantes a la inundación y un diseño simple que permitiera una rápida recuperación o restauración. Oudolf ha plantado distintas variedades de Molinia caerulea para conseguir evocar una pradera de gramíneas en un diseño que sólo un artista como él puede hacer parecer tan sencillo. Aún hay otro jardín de Oudolf, el Laberinto Floral. Una zona que se puede recorrer a través de estrechas sendas que serpentean alrededor de unos treinta macizos de perennes al más puro estilo Oudolf. La altura y la densidad de las plantaciones pretende abrumar, despertar en el espectador  el sentimiento del poder de la naturaleza. Y vaya si lo consigue. 
Aquí va la obra de Tom Stuart-Smith.






Y aquí la de Oudolf





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